COMUNICADO: Orientaciones para Docentes Evaluación diagnóstica y Análisis de Evidencias 2024
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Las experiencias de lectura y escritura de los niños pueden variar debido a las distintas oportunidades que se les han brindado.
Los lugares donde los niños pueden encontrarse con la lectura y la escritura incluyen la escuela (como los carteles del aula, diversos textos escritos y el periódico mural), el hogar (como revistas, etiquetas y periódicos) y otros entornos sociales (como la calle con sus pancartas y carteles, los medios de comunicación con sus anuncios y subtítulos, y la posta médica con sus afiches y cartillas).
Debido a estas diferencias en los entornos familiares, el nivel de competencia en lectura y escritura varía entre los estudiantes. Por ejemplo, en hogares donde los adultos escriben con frecuencia o leen cuentos a sus hijos antes de dormir, los niños tienen acceso a textos y probablemente adquieren más conocimientos sobre el sistema de escritura en comparación con aquellos cuyas familias no tienen esa práctica. En este sentido, la escuela debe proporcionar espacios donde la lectura y la escritura tengan un propósito, considerando el contexto letrado de la comunidad y las oportunidades que pueden surgir de la participación de las familias.
Esta diversidad de experiencias con la escritura se refleja en la variedad de niveles de competencia en la escritura que encontramos en nuestras aulas. Sin embargo, ¿somos conscientes de esta diversidad y de cuánto conocen los estudiantes sobre el sistema de escritura?
Entender las percepciones de los niños sobre la escritura es un desafío importante. Nos permite crear situaciones en las que puedan interactuar con el lenguaje escrito, ya sea leyendo o escribiendo por sí mismos o a través de la ayuda de otras personas, como el docente, compañeros de clase o familiares.